11/08/2013

Ley de ingravidez

Busco la palabra ingrávida. No la etérea. No quiero alimentar el exceso de equipaje del viento, que se la lleva, que la sopla, que se divierte a placer con su leve profundidad, que la hace saltar de rama en rama, que la hace perder en la curva más lejana del mar, que la esconde en el rincón más ciego de la memoria.
Busco la palabra manzana que se atraganta en la nuez de Isaac, que quiere salir y volar más allá de su copa buscando fijarse al aire en movimiento que peina la bordada nada celeste. Como un escalador clavada al gris promontorio de las distintas formaciones, no la quiero bordeando el fácil camino de la cumulonimbus, la quiero arriesgada, comenzando por una stratus, aprovechándose de una desprevenida cumulus y saltando a una stratocumulus, dejándose mojar por los clavos líquidos que desprende la nimbostratus, sorteando como quien cruza por el vado de un río dando saltos a través de piedras japonesas cada una de las altocumulus hasta llegar al valle de la altostratus, para darse al descanso en la superficie de la panza de algún cirrus perdido en las alturas donde no moran los hombres. La palabra proyectada lejos de la tierra, la palabra rebelde que contradice leyes físicas y reglas de tráfico, la que hace presión en su sueño de Ícaro por ir en dirección a la incandescente ionosfera, se posiciona en órbita y gira anclada en esa especular superficie de mármol gaseoso que observa a la tierra con rostro ceñudo y cambiante viendo cómo la palabra que queda atrás suspendida en el ahora abismo muere de insignificancia, de incomprensión, de sinsentido y de babélica soledad. 
Busco no la palabra mitológica ni la palabra escrita que quiere descansar y pasearse sobre el plácido y terrenal papel. Busco la tormenta, el tornado y el desconcierto, la palabra grave que se ríe de la gravidez. Busco la palabra ingrávida. La palabra no pensada, no dicha y no escrita. La palabra imposible.

02/08/2013

Ser y no ser

La propia existencia de la letra marca su límite. Toda ella es frontera y es el material con el que voy a trabajar. Soy consciente de ello y me inspira la idea de que en su propio límite visual se manifiesta la ilimitada posibilidad de su interpretación. Sea un texto reductible a una única forma de entenderlo para considerarlo muerto desde su propia concepción. Ahí donde comienza a desplegar sus alas la labor hermenéutica comienza el camino de salvación de cualquier conjunto de signos. El resto será cuestión de tomar unas copas, o será silencio, o será o no será. Al final no hacen falta diez mandamientos, con uno alcanza y como ejemplo puede recordarse el de William Faulkner: "Read, read, read. Read everything - trash, classics, good and bad, and see how they do it. Just like a carpenter who works as an apprentice and studies the master. Read! You'll absorb it. Then write. If it's good, you'll find out. If it's not, throw it out of the window."

01/08/2013

Le métèque / El meteco

Tengo la convicción, no sé si fuerte pero convicción al fin y al cabo, de que cada tema, cada pasión, cada fijación o cada obsesión tiene su música y / o su canción. Así que fue fácil en este caso porque en el mundo no hay casualidades y mientras pensaba la palabra meteco solas aparecieron la melodía y los susurros de la canción de Georges Moustaki. No sé si la música creó este espacio o el espacio fue primero, pero esto sólo entra en el universo de la anécdota o del interés para aquellos que en vez de contar ovejas cuando van a dormir comienzan a preguntarse si fue primero el huevo o la gallina. El asunto es que acá está, Le Métèque me acompañará en esta travesía donde ser extranjero es una cuestión ontológica. Y a la lectora o lector que te toque ser, pues también, porque como ya se ha dicho antes, todos somos extranjeros. Esta bella chanson será entonces santo y seña, o si se quiere, banda sonora y compañera de ruta en este deambular infatigable e intempestivo que responde al extraterritorial nombre de Territorio Meteco. Queda así desterrada la palabra himno por ser acusada y hallada culpable de invitar a la falsa creencia que nace de ese opio de los pueblos que es el nacionalismo. No hay casualidad tampoco en que el autor y compositor de la canción sea Georges Moustaki, ese griego nacido en la ciudad de Kavafis y de esa enloquecedora mujer que era Justine, ese griego que luego se asentara en París, ciudad alemana por un par de años. Yo, raigambre griega y proveniente de esa otra melancólica Alejandría rioplatense, yo, hoy, entre esas dos luces llamadas París y Atenas.

Le Métèque                                                       El meteco

Avec ma gueule de métèque,                           Con mi cara de extranjero
De Juif errant, de pâtre grec                            De judío errante, de pastor griego
Et mes cheveux aux quatre vents,                   Y mis cabellos a los cuatro vientos
Avec mes yeux tout délavés                            Con mis ojos totalmente abiertos
Qui me donnent l'air de rêver,                         Que me dan un aire de soñador
Moi qui ne rêve plus souvent,                         Que nunca sueña muy a menudo
Avec mes mains de maraudeur,                       Con mis manos de ladrón
de musicien et de rôdeur                                  De músico y de merodeador
Qui ont pillé tant de jardins,                            Que han pillado en muchos jardines
Avec ma bouche qui a bu,                               Con mi boca que ha bebido
Qui a embrassé et mordu                                 Que ha besado y ha mordido
Sans jamais assouvir sa faim...                        Sin jamás saciar su hambre
Avec ma gueule de métèque,                           Con mi cara de extranjero
De Juif errant, de pâtre grec,                           De judío errante, de pastor griego
De voleur et de vagabond,                               De ladrón y de vagabundo
Avec ma peau qui s'est frottée                         Con mi piel que se ha restregado
Au soleil de tous les étés                                 Al sol de todos los veranos
Et tout ce qui portait jupon,                             Y (con) todo lo que llevaba enaguas
Avec mon coeur qui a su faire                         Con mi corazón que ha sabido hacer
Souffrir autant qu'il a souffert                         Sufrir mucho a quien ha sufrido
Sans pour cela faire d'histoires,                       Sin por ello hacer historias
Avec mon âme qui n'a plus                              Con mi alma que no tiene más
La moindre chance de salut                             La mínima posibilidad de salvación
Pour éviter le purgatoire...                               Para evitar el purgatorio
Avec ma gueule de métèque,                           Con mi cara de extranjero
De Juif errant, de pâtre grec                            De judío errante, de pastor griego
Et mes cheveux aux quatre vents,                   Y mis cabellos a los cuatro vientos
Je viendrai, ma douce captive,                        Yo vendré, mi dulce cautiva
Mon âme soeur, ma source vive,                     Mi alma gemela, mi fuente viva
Je viendrai boire tes vingt ans                         Vendré a beber tus veinte años
Et je serai Prince de sang,                               Y seré un príncipe legítimo
Rêveur ou bien adolescent,                             Un soñador o bien un adolescente
Comme il te plaira de choisir;                         Como el que tú quieras escoger
Et nous ferons de chaque jour                         Y haremos de cada día
Toute une éternité d'amour                              Toda una eternidad de amor
Que nous vivrons à en mourir.                        
Que viviremos a morir
Et nous ferons de chaque jour                          Y haremos de cada día
Toute une éternité d'amour                               Toda una eternidad de amor
Que nous vivrons à en mourir.                        
Que viviremos a morir